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Lluvia de chatarra - Tiangong 1
Para los satélites artificiales también rige la ley de la obsolescencia programada. Y este es al caso de la Tiangong 1. La pusieron en una órbita muy baja, a tan solo 350 km de la superficie terrestre y no ha repostado desde 2013. Lleva 2 años a la deriva y se espera que caiga el día 31 de marzo, con riesgo de no acertar en una zona deshabitada.
Todas las semanas caen deliberadamente varios de estos artilugios en algún lugar perdido del Pacífico. Los satélites más alejados se envían a órbitas "vertedero" donde se confía que permanezcan para siempre. Los satélites artificiales son máquinas que se estropean con facilidad debido a dos factores externos: el viento solar radiactivo y los micrometeoritos. Sus blindajes protectores no son perfectos. Si la radiación o un fragmento dañan un circuito, un sistema de refrigeración o un tanque de combustible, el satélite se puede dar por perdido. Los que se sitúan en órbitas de baja altitud (menos de 500 km, como la Estación Espacial Internacional), necesitan aportes periódicos de combustible, pues van cayendo a razón de unos 100 metros diarios por rozamiento con los gases de la tenue atmósfera exterior.
Entre los días 30 de marzo y 1 de abril está prevista la caída de la estación espacial china Tiangong 1, que significa "Palacio Celestial". Es un proyecto puesto en marcha en 2011 como prototipo experimental con una vida útil estimada de dos años. Parece que la nave gastó todo el combustible que tenía reservado para la reentrada por lo que los controladores de vuelo en el Centro de Control Aeroespacial de Beijing no saben donde caerá a ciencia cierta. Últimamente han dicho que usarán el escaso combustible de los propulsores de maniobra para impulsar la nave hacia un lugar deshabitado en una trayectoria más certera.
Tiangong 1 es una nave espacial cilíndrica de 10,4 metros de largo y 3,4 m de diámetro y pesa alrededor de 8.5 toneladas métricas. El prototipo de la estación espacial china consta de dos segmentos principales: el exiguo módulo de experimentos de 2,0 x 4,0 x 1,8 m, (dimensiones de un desván muy poco "palaciego"), que puede albergar hasta tres astronautas, y un módulo de recursos que aloja sistemas de propulsión, energía, soporte vital y comunicación. Dispone de dos matrices solares, cada una con cuatro paneles, de 3,1 x 10 m. Los paneles proporcionan una potencia promedio de 2.5 kW a 28 voltios. Las baterías de plata y zinc proporcionan energía cuando el vehículo orbita la zona eclipsada por la Tierra en la zona ecuatorial. El sistema de propulsión principal presenta dos motores de alta relación de expansión que usan monometilhidrazina y tetróxido de nitrógeno como propulsantes. El combustible y el propelente hipergólico se almacenan en cuatro tanques de 230 litros cada uno.
El laboratorio espacial chino Tiangong-1 ha servido como vehículo de pruebas para perfeccionar las técnicas de encuentro y acoplamiento orbital con naves de carga Shenzhou, así como para comprobar la resistencia de sus materiales a corto plazo. Un total de tres expediciones, una inicial no tripulada y dos tripuladas, se hicieron a la estación Tiangong-1 entre noviembre de 2011 y marzo de 2013. La CNSA prolongó la vida útil de la nave hasta 2016 (tres años más de lo previsto) y la dio por perdida al descender más de 100 metros al día y quedarse sin combustible.
No se conoce todavía la fecha, la hora y la huella geográfica de la reentrada. Todos ellos son parámetros con gran incertidumbre que solo pueden precisarse unas horas antes de la reinserción. La masa de la estación y los materiales de construcción significan que existe la posibilidad de que algunas partes de ella sobrevivan y lleguen al suelo. Es posible que los fragmentos se extiendan por un área de más de 1000 km de largo por 80 de ancho. La ESA está organizando una campaña de prueba para seguir el reingreso, que será conducida por la Comisión de coordinación de desechos espaciales "Inter Agency", una agrupación de las principales agencias espaciales del mundo, incluidas ESA, NASA y CNSA (Administración Nacional Espacial de China).
El 21 de marzo de 2016, CMSA (Agencia Espacial Tripulada de China, que no la militarizada CNSA) anunció que el control de la misión en tierra había perdido toda la telemetría y las comunicaciones con Tiangong-1, lo que no dejaba ninguna posibilidad de controlar su descenso de forma segura. En septiembre de 2017, la CNSA reconoció que habían perdido el control de la estación e indicó que caería a Tierra a principios de 2018. La CNSA ha enfatizado que es muy poco probable que la reentrada represente una amenaza para la aviación comercial o que cause daños de impacto en la superficie. Como señaló Wu Ping, subdirector de la oficina de ingeniería espacial tripulada, en una conferencia de prensa el 14 de septiembre de 2017: "De acuerdo con nuestros cálculos y análisis, la mayoría de las partes del laboratorio espacial se quemarán durante la caída".
Además, The Aerospace Corporation, que actualmente está supervisando el reingreso de Tiangong-1, publicó recientemente los resultados de su análisis exhaustivo. Similar a lo que dijo Wu, indicaron que la mayor parte de la estación se quemará al reingresar, aunque reconocieron que existe la posibilidad de que pequeñas partículas de escombros puedan sobrevivir y llegar a la superficie. Es probable que estos restos caigan dentro de una región centrada a lo largo del camino orbital de la estación, con más probabilidad en las zonas aledañas a los paralelos 42º Norte y Sur (precisamente sobre nuestro territorio nacional). "Debido a la geometría de la órbita, ya podemos excluir la posibilidad de que cualquier fragmento caiga sobre cualquier punto más al norte que 43ºN o más al sur que 43ºS", afirmó Holger Krag, jefe de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA (Agencia espacial Europea).
Para ilustrar las zonas de mayor riesgo se ha elaborado un mapa de las bandas de paso, del 31 de marzo al 1 de abril, que muestra las regiones dónde es más probable que caigan los restos. Mientras que las áreas sin sombrear indican zonas de probabilidad cero, el área verde indica una zona de menor probabilidad. Las áreas amarillas, mientras tanto, indican las zonas que tienen una mayor probabilidad.
Sin embargo, según una declaración hecha por de Zhu Congpeng (un alto ingeniero de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China - CASTC), los informes de que la CNSA había perdido el control de la estación espacial habrían sido exagerados. De acuerdo a Science and Technology Daily, la agencia china todavía tiene el control de la estación, su reingreso será controlado y no representará una amenaza para el medio ambiente ni para la población puesto que los restos caerán en el océano, en un lugar de aguas profundas en el Pacífico Sur usada como "cementerio de satélites".
En los próximos días conoceremos el desenlace de esta truculenta historia. Los pases sobre la Península el día 31 de marzo son a las 7:30, a las 9:00 y a las 10:30, ya que su período es de 90 minutos, aproximadamente.
Para seguir día a día el estado de la Tiangong 1 (y otros miles de satélites) puedes consultar estos enlaces:
SATFLARE: https://www.satflare.com/track.asp?q=37820#TOP
HEAVENS-ABOVE: https://www.heavens-above.com/orbit.aspx?satid=37820
N2YO.com: https://www.n2yo.com/?s=37820
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