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2018-12-31
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El eclipse total de Luna y su utilidad astronómicaSi el tiempo lo permite, el día 21 del mes de enero de 2019 podremos disfrutar de un eclipse total de Luna, fenómeno conocido por el nombre de "Superluna de sangre". Esta denominación se debe a que nuestro satélite adquiere un color anaranjado que recuerda al de la sangre. Durante la madrugada del día 21 la Luna ocupará una posición opuesta al Sol respecto de la Tierra y atravesará la sombra que esta produce. Entonces podremos observar como la fase llena se va poniendo cada vez más rojiza hasta que prácticamente desaparece del cielo.
El color sanguinolento que adquiere la Luna es debido a la luz que se transmite parcialmente a través de la atmósfera terrestre. Del Sol procede luz de todos los colores. Pero los tonos azulados y verdosos son absorbidos por el aire y reflejados por el océano y la vegetación continental, haciendo que solo se proyecten sobre la superficie lunar los tonos rojizos. La mejor manera de comprobar este hecho es observar el color en negativo de una Luna de sangre.
Aristarco confirmó que la distancia al Sol era mucho mayor que la distancia a la Luna (según él, unas 20 veces, aunque en realidad es 400). También realizó la primera aproximación de la distancia Tierra - Luna. Y lo hizo del siguiente modo: Nota: si Aristarco hubiese hecho unas mediciones más precisas habría obtenido que el diámetro de la Tierra es 3,66 veces el lunar. Teniendo en cuenta que la Luna tarda 27,32 días en trazar una órbita alrededor de la Tierra, repitiendo sus cuentas, le habría salido una distancia Tierra - Luna de 57 radios terrestres, muy cerca del valor medio actualmente aceptado de 60 radios, con un error del 5%. Sin duda, Aristarco fue el autor de la primera proeza astronómica lograda por la humanidad. Aunque no consiguió resultados precisos, su osadía en aproximar las distancias al Sol y a la Luna incitó en sus sucesores el afán por mejorar la técnica de cálculo e impulsó el arte del refinamiento matemático, como veremos a continuación.
Hiparco fue el matemático y astrónomo más preciso de toda la antigüedad. Repartió la circunferencia en 360º e inventó la trigonometría. Gracias a sus revolucionarias técnicas matemáticas, determinó con precisión el valor de la precesión de los equinocios (apenas 1º cada siglo). Determinó la diferencia entre año sidéreo (365 días 6 horas y 10 minutos) con el año trópico (365 días, 5 horas y 55 minutos). Realizó un mapa de la Tierra donde se distinguían los diferentes lugares mediante latitud y longitud y elaboró el primer catálogo de estrellas con sus respectivas coordenadas celestes. Dicen que los últimos días de su vida los dedicó a estudiar la Luna y los eclipses y calculó los que sucederían en los siguientes 600 años tras su muerte. Hiparco calculó la distancia a la Luna observando eclipses totales de máxima duración de ocultación. El día 21 tendremos ocasión de ver uno de estos casos (los hay mejores y son aquellos en que la Luna atraviesa diametralmente la sombra de la Tierra). Hiparco consideró que la Luna realmente tarda 27,32 días en describir una órbita (un mes sidéreo en pasar por el mismo punto respecto del fondo de estrellas). Repetiremos el cálculo de Hiparco, ahora confiando en que sean correctos los datos obtenidos mediante programas informáticos (luego los confirmaremos observando el eclipse). Si esto es así, la Luna tardará 68 minutos en entrar en la zona de umbra y cubrir su diámetro, luego permanecerá oculta otros 63 minutos y se volverá a descubrir al cabo de 68 minutos más. Con esto demostraremos que un diámetro de sombra terrestre alberga en su interior a 2,64 diámetros lunares. Y también que un diámetro terrestre contiene 3,64 diámetros lunares. Para ello usaremos las siguientes proporciones sacadas del teorema de Tales para los triángulos semejantesde la imagen:
S = distancia al Sol (RT - RT') / (RS - RT') = L / (S + L) Supondremos que la distancia al Sol es N veces la distancia a la Luna, siendo N >> 1. (RT - RT') / (N · RL - RT') = 1 / (N + 1) Como RT' = 2,64 · RL (RT - 2,64 · RL) / (RL · (N - 2,64)) = 1 / (N + 1) (RT - 2,64 · RL) = (1 / (N + 1)) · (RL · (N - 2,64)) (N + 1) · RT - (N + 1) · 2,64 · RL = RL · (N - 2,64) (N + 1) · RT = RL · N - 2,64 · RL + 2,64 · RL + 2,64 · RL · N (N + 1) · RT = RL · N + 2,64 · RL · N (N + 1) · RT = 3,64 · N · RL RT = 3,64 · N / (N + 1) · RT Y como N + 1 ~ N -> N / (N + 1) ~ 1 (ya que la distancia al Sol es muy superior a la distancia a la Luna) RT = 3,64 · RL Con lo que hemos demostrado que un radio terrestre contiene a 3,64 radio lunares (lo mismo se puede afirmar de los diámetros DT = 3,64 · DL) DL = diámetro lunar Velocidad de tránsito = 68 min / 60 min = 1,13 DL/h Esta aproximación es válida siempre y cuando la distancia al Sol (el foco luminoso), sea mucho mayor que la distancia a la Luna. Esto se debe cumplir para que la Tierra y su sombra sean de un tamaño proporcional. Si el Sol -mucho más grande que la Tierra- estuviese relativamente cerca, la sombra se reduciría con la distancia y el cálculo no valdría. Pero también podríamos proceder de otra forma más simple y obtener un resultado análogo: Sabemos que la Luna abarca en el cielo un ángulo de 32' de arco (medibles con un sextante), de tal modo que aplicamos trigonometría: DL = 3 500 Km -> RL = 1 750 Km L = RL / tan (32'/2) L = 1 750 / 0,00465 = 376.000 Km (obteniendo una distancia a la Luna con un error de tan solo el 2% respecto de la distancia media)
Ahora sabemos que la Luna se aleja de la Tierra a razón de 3,7 cm por año. Este fenómeno altera la rotación terrestre y la duración del día. Nuestro planeta se ralentiza al perder energía rotacional, mientras que la Luna gana energía potencial gravitatoria. Este fenómeno es producido por las fuerzas de marea entre los dos astros. Lejos de ser una anécdota, este retraso en la rotación es perceptible mediante los relojes atómicos que solo atrasan un segundo en millones de años. Y de ahí que surgiese la necesidad de añadir un segundo a cada año consiguiendo, de este modo, mantener la correspondencia entre el calendario solar y el tiempo atómico. Y ojo, que este segundo es nefasto para la sincronización de Internet o de los satélites del GPS, por lo que ha de tenerse muy en cuenta en su diseño. Otra conclusión obtenida de esta medida de precisión extrema es la idea de que la Luna se formó en las inmediaciones de la Tierra debido a una colisión de Theia -la Tierra primitiva- con otro astro hace 4 500 millones de años. Si realmente esto fue así, implicaría que la Luna apareció orbitando a la Tierra a menos de 150 000 km de distancia, siempre y cuando se mantuviese el mismo ritmo de alejamiento desde entonces. Sería este choque de proporciones planetarias el que originase la inclinación del eje de rotación terrestre y, por tanto, el origen de las estaciones. Gracias a la Luna hay estaciones climáticas, se desplaza el agua del mar con las mareas y repartimos el año en meses y semanas. Aquello de que aparece el hombre lobo y los vampiros con la Luna llena o que nacen más niños queda para otra ocasión.
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