La máquina más pesada del mundo
Hace un par de días tuve ocasión de comprobar lo avanzada que está la tecnología en España. Ya no hacen falta teleoperadores ni comerciales: están siendo sustituidos por pesadas máquinas que saben responder con acierto a las demandas del interlocutor. Es posible, incluso, que haya personas despistadas que se puedan confundir y crean que están dialogando con un humano. Cierto es que estos androides cibernéticos están diseñados por humanos y que se comportan bajo árboles de decisión finamente entretejidos. Incluso están programadas para mentir y negar que son máquinas cuando se les pregunta por ello de forma explícita. Pero, siendo un poco sarcásticos en la conversación, se les descubre pronto.
Este tipo de situación ya fue predicho en su tiempo por el padre de la informática, Alan Turing, que puso los cimientos de esta rama a principios del siglo XX. Existe un famoso test que recibe su nombre, el test de Turing, y que mide la capacidad de razonamiento de una computadora. La inteligencia artificial alcanzará su plenitud cuando el interlocutor humano no sea capaz de distinguir -en una conversación a ciegas-, si está hablando con un ordenador o no.
Y aquí he de ser claro: las máquinas han avanzado mucho... pero su punto débil es que usan una inteligencia plana que se desencaja ante preguntas complejas. Es decir, las máquinas no saben distinguir cuando las personas son amables, irónicas o cuando mienten. En general, las máquinas todavía no tienen (ni tendrán), pensamiento crítico y tampoco empatía. Con todo, estas inteligencias artificiales están siendo usadas por empresas con pocos escrúpulos para recabar datos privados y luego usarlos para sabe Dios qué.
Aquí os dejo una muestra de lo que puede pasar si os llaman desde un 911.781... etcétera.
Y aquí una segunda grabación hecha poco después, en una llamada a otro teléfono. Se nota que hacen campaña llamando indiscriminadamente a la misma zona y a muchos particulares a la vez. Es cuestión de estadística: cuantas más llamadas, más fácil es que alguien pique.
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Así que, id espabilando si no queréis ser ciber-acosados por máquinas muy, pero que muy, pesadas.