.....::    fonte.es     2023-08-31
 




Enfermos covid que no cuentan


Tres años y medio han pasado desde que llegase y se instalase entre nosotros este maldito virus crípticamente bautizado como SARS-CoV-2. Se quedó como un ocupa que pone a prueba -a veces, hasta el límite-, nuestra capacidad asistencial y de atención sociosanitaria. Se encuentra a gusto instalado en la maraña social porque tiene un entorno favorable donde reproducirse, porque encuentra en él abundancia de seres humanos vulnerables, enajenados y negligentes. Algunos tiran de indiferencia para ver si se marcha… pero no. Es peor, se enfurece y nos deja la morada hecha añicos.

 

Somos conscientes de que ya no hay interés en llevar la cuenta de los casos covid porque la gente considera que es un problema superado -o simplemente obviado-, pues se nos ha vendido el mensaje de que lo peor quedó atrás y es innecesario prestarle más atención al asunto. Algunos -los que somos más incrédulos- no nos amilanamos y seguimos analizando los pocos datos que ofrecen las Administraciones de Salud para tratar de atar cabos. Exprimidos convenientemente, todavía dan lugar a algo de conocimiento a pesar de que sabemos que sólo se tiene en cuenta una reducida parte de los casos que realmente hay.

 

Una cuestión que llevo cavilando desde hace algún tiempo es si sería posible deducir un número de contagiados realista a partir de los datos parciales que se hacen públicos. Haré un intento en este pequeño estudio que -espero- resulte convincente.

 

Imaxe

 

Partiré del estudio de la positividad en los últimos dos años de pandemia. A continuación, se muestra una gráfica comparativa entre dos sistemas para obtener la positividad. El primer sistema, en color naranja, consiste en anotar la positividad que ofrece el SERGAS a diario. Mediante el segundo método -en marrón-, se obtiene la positividad haciendo un simple cálculo: se divide el número de nuevos casos diarios entre el montante de pruebas PCR y de antígenos que se hayan realizado. Luego, para darle uniformidad a este procedimiento, se completa haciendo una media móvil semanal.

 

Enfermos covid que no cuentan 

 

Podemos observar que, hasta el 1 de enero de 2022, ambas positividades apenas divergían una de la otra, muestra de que la cuenta oficial se hacía mediante la división explicada. A partir de aquella fecha, las cosas comenzaron a distorsionarse. El 28 de marzo de 2022 se inició la retirada de medidas anticovid y se cambió el modo de registro de casos, pasando a anotar sólo aquellos contagios que se produjeran en mayores de 60 y vulnerables (la "gripalización"). Desde entonces sólo se consideran hospitalizados POR causa de la covid y no CON covid, se anticiparon las altas a 10 días, se dejaron de dar datos todos los días, y se divulgó la idea de que la gente debía de convivir con el virus. Paulatinamente, algunas comunidades autónomas dejaron de publicar datos sobre la pandemia y la prensa dejó de lado el tema covid.

 

La positividad es una magnitud un tanto relativa, pues depende de la "generosidad" con que se hagan las pruebas covid. Si se escatima en pruebas (sobre todo en PCR), entonces se obtendrá una positividad excesivamente alta. Si se hacen pruebas a destajo, la positividad saldrá baja. De estas consideraciones se concluye que durante estos últimos años ha habido épocas de abundancia y otras como la actual- de escasez de pruebas.

 

Para demostrar esta afirmación he confeccionado una gráfica comparativa de doble eje vertical. En el de la izquierda se mide el número de pruebas PCR más antígenos declaradas por el SERGAS desde abril de 2022 que se muestran en modo de área sombreada de verde; en el de la derecha se mide la positividad en % que marca la pauta del grafo color naranja.

 

Enfermos covid que no cuentan

 

 

¿Qué se observa en esta gráfica?

 

Para explicarlo, he distinguido cuatro períodos:

 

Primer período, que abarca desde principios de abril de 2022 hasta julio del mismo año. Este período se corresponde con un tiempo de adaptación a las nuevas medidas de recuento anteriormente mencionadas. En la gráfica se observa que se hacían más de 5000 pruebas diarias y la positividad rondaba el 30% ya que se identificaba a muchos positivos de todas las edades. Recordemos que la administración de sanidad había habilitado números de teléfono para comunicar el contagio y que se acudía a zonas donde se hacían test sin bajarse del coche. El nº de pruebas se redujo y la positividad subió hasta el 50% por el enorme incremento de contagios al llegar julio.

 

Segundo período, desde julio hasta noviembre de 2022. Esta zona se corresponde con la gran ola sobrevenida en verano de 2022 y su posterior atenuación. Esta ola se produjo cuando ya había cambiado por completo la forma de estimar la positividad y el número de casos: ya sólo se consideraban contagios entre mayores de 60 años y vulnerables. La positividad pasó del 50% al 15% en dos meses, también porque la ola remitió de forma muy rápida y profunda.

 

Tercer período, desde noviembre de 2022 hasta principios de abril de 2023, que se corresponde con un período de relativa estabilidad, sin olas pronunciadas. Aquí la positividad se mantuvo oscilante moviéndose entre un 15% y un 7%.

 

Cuarto período, desde abril de 2023 hasta ahora, tiempo en el que se produce un desajuste entre el nº de pruebas y la positividad. A la vez, surge una nueva ola en julio que todavía sufrimos y que no remite tan rápido como en ocasiones anteriores. En este período, la positividad en Galicia ha crecido (con algunas vacilaciones), desde el 10% hasta el 20%.

 

Observemos con atención los dos últimos períodos y comparémoslos:

 

En el tercero se observa que hay una relación estrecha entre el nº de pruebas y la positividad, una relación casi de proporción directa: cuantas más pruebas, más positividad (se ve que los perfiles de las dos curvas varían en correlación). En cambio, en el cuarto período vemos un comportamiento inverso: el nº de pruebas se reduce y la positividad aumenta. Si antes, el grafo naranja de la positividad discurría por debajo de la superficie verde, ahora sucede al revés. ¿Qué está pasando aquí?

 

Enfermos covid que no cuentan

 

 

Para salir de dudas, se me ocurrió que sería interesante comparar el número de pruebas covid respecto a la positividad para ver el aspecto de la gráfica resultante, Así que procedí a dividir ambas magnitudes y resultó esta gráfica que aquí se muestra.

 

Enfermos covid que no cuentan

 

A principios de abril de 2022, se realizaban más de 12.000 pruebas por cada punto porcentual de positividad. Este nivel de pruebas bajó rápidamente hasta situarse entorno a unas 900 pruebas por cada punto porcentual de positividad, valor que se ha mantenido hasta la actualidad (aunque con oscilaciones). Este hecho constituye una prueba clara de la enorme infranotificación que se produce actualmente. Según esta gráfica, se estarían contando entre 10 y 15 veces menos contagios de los que realmente hay, (incluso, puede que me quede corto en la estimación). A continuación, pongo la misma gráfica desde un tiempo ligeramente anterior, para despejar suspicacias:

 

Enfermos covid que no cuentan 

 

 

¿La positividad oficial que publica el SERGAS es realista?

¿Se están haciendo actualmente menos pruebas de las necesarias para detectar contagios?

 

Para dar respuesta a esta cuestión, retomo la gráfica inicial para observar en detalle lo que ha sucedido desde noviembre del año pasado. Ya dije que había un cambio de paradigma en la relación existente entre nº de pruebas y positividad en los períodos tercero y cuarto.

 

Ahora he dividido la positividad entre el nº de pruebas (PCR + antígenos). En esta gráfica se muestra el resultado desde abril de 2.022. He decidido llamar a esta magnitud "déficit de positividad".

 

Enfermos covid que no cuentan 

 

Para dotar de mayor claridad a este parámetro, he incluido un factor 10.000 en la fórmula (o sea, que multiplico x10.000 los valores obtenidos después de hacer la división). Este valor redondo es ideal porque sitúa el tercer período a nivel 1.

(Nota: el valor 10.000 fue por casualidad conveniente, podría haber sido otro multiplicador).

 

Enfermos covid que no cuentan

 

Así se puede ver que el "déficit de positividad" ha variado desde un nivel 0,5 hasta un nivel 2,0 actual. Pero estos niveles son relativos. Cada uno puede escoger un nivel de pruebas y positividad donde quiera. Pero se puede seguir un criterio razonado. Decidí tomar la referencia base en el tercer período (considerado en este análisis, como ya dije, desde noviembre de 2.022 hasta abril de 2.023, delimitado por la doble flecha amarilla). Los motivos de haber elegido este período son los siguientes:

 

1º. Es una zona de "mínimo déficit" en donde rige el modelo actual de recuento de casos (sólo se cuentan mayores de 60 años y vulnerables).

 

2º. Es una zona amplia de 5 meses donde hubo poca variación en el "déficit", a pesar de estar incluida una oleada de contagios que se produjo entre diciembre de 2.022 y enero de 2023.

 

En el período de referencia considerado, el "déficit" se mantuvo en torno a 1,0 ± 0,2. Partiré de este nivel para establecer comparaciones.

 

Enfermos covid que no cuentan

 

Si durante el tercer período el nivel de pruebas era acorde con la positividad de aquel momento, ahora -en el cuarto período-, se observa un ascenso acusado del "déficit" que llegó a alcanzar los 3 puntos. Ahora mismo, a 31 de agosto de 2.023, se sitúa en 2 puntos.

 

Esos 3 puntos de valor para el "déficit" a finales de julio se pueden interpretar como que se realizaron la tercera parte de pruebas respecto de hace medio año para obtener una positividad proporcional.

 

Los 2 puntos de "déficit" a finales de agosto de 2.023 significan que se necesitan -en proporción- la mitad de pruebas que hace 6 meses para obtener la positividad actual.

 

O sea, que el nivel 1 indica un equilibrio entre positividad y número de pruebas (recordemos que estamos considerando PCR + antígenos). Sobrepasar este nivel implica o bien un exceso de positividad, o bien un déficit de pruebas. Un nivel inferior a la unidad significa que hay exceso de pruebas respecto al tercer período, obviamente, (o una positividad mermada, que no es el caso).

 

Si el criterio de recuento no ha cambiado en los últimos 6 meses y el modo de obtener la positividad tampoco, se demuestra lo siguiente:

 

La positividad covid oficial es muy contradictoria con la situación que atravesamos, pues somos testigos de la existencia de una ola de contagios -pertinaz e intensa-, que está produciendo un grado de hospitalización dos veces superior a la que teníamos hace 5 o 6 meses. Es lógico pensar en una positividad dos veces superior a la que se nos está comunicando, tal como indica el parámetro de "déficit" que hemos calculado antes. Refuerza esta tesis el hecho de que otras comunidades autónomas están ofreciendo datos de positividad que rondan el 40% (por ejemplo, Cataluña), el doble de lo que comunica el SERGAS.

 

Enfermos covid que no cuentan

 

Se están realizando -en proporción- menos pruebas covid que hace 5 o 6 meses para obtener la positividad oficial de Galicia. Esto implica que, de una cantidad exigua de enfermos seleccionados -la mayoría sin covid- para hacer las pruebas, salen pocos positivos. Se mantiene así un nivel de positividad deliberadamente bajo. A tenor de esto, ¿qué patologías presentan los sospechosos de covid a los que se les hace la prueba para que luego les salga negativa?

 

Si la positividad covid en Galicia es del 20% como afirma el SERGAS, entonces los casos de catarro, gripe, VRS, etcétera, que pudieran confundirse con covid, están en proporción 5 a 1 respecto a covid. Esto me resulta muy dudoso teniendo en cuenta que estamos en pleno verano y los niveles de catarros, gripes y sinticial son basales. La positividad covid debe ser muy superior a la indicada por el SERGAS en estos momentos.

 

 Enfermos covid que no cuentan

 

 

Es posible que muchos mayores de 60 años estén acudiendo a los servicios sanitarios a mirar si tienen covid. Les atienden, pero sin necesidad de hacer es test oportuno. Si su situación no es especialmente grave, se les podría estar enviando de vuelta a casa sin establecer un diagnóstico claro que quede reflejado en su historial médico. Es mucha gente la que no entra en las estadísticas oficiales porque no conviene "inflarlas" en exceso.

 

Es posible que en esta ola de agosto se llegase a un nivel muy alto de admisiones hospitalarias, tanto que impidiese acoger a más pacientes que cierto límite. Existe un límite por número de camas disponibles, pero es más fuerte la limitación por falta de personal sanitario que preste asistencia. Es posible que el sistema de triaje -sometido a alta presión- envíe para casa a enfermos covid que en otras épocas hubieran sido hospitalizados. Esperemos que esto no llegue a suceder. En nuestra mano está continuar con las medidas profilácticas que muchos ya han olvidado.